Tres hogazas de pan con trigo y semillas sobre una mesa de madera.

Gluten: ¿es malo para tu salud?

Más allá de la Celiaquía: beneficios en una dieta libre de Gluten

Te va a sonar raro al principio, pero… ¿Sabías que el invierno de 1944-1945 en Europa, durante la Segunda Guerra Mundial, mejoró la salud de los niños en Holanda?

En ese entonces el Dr. Dicke, Pediatra holandés, buscaba una cura para la enfermedad de Gee-Herter, que daña la mucosa intestinal y sin tratamiento, por sus complicaciones, puede llevar a la muerte.

Durante ese invierno, comida habitual como pan y harinas en general se volvieron extremadamente escasos y los niños a los que Dicke monitoreaba súbitamente comenzaron a mejorar. Más adelante, cuando gracias a la ayuda de Suecia los alimentos "básicos" como el pan volvieron a estar al alcance de la gente de pie, los niños empeoraron.

Sí, adivinaste.

La enfermedad de Gee-Herter hoy se conoce como Celiaquía. La escasez de alimentos de aquel invierno reveló la cura para una enfermedad que hasta entonces había sido mortal. Hoy sabemos que si bien puede causar síntomas graves, hay una manera de salir adelante: una dieta libre de gluten.

¿Con o sin gluten? Esa es la cuestión

Hoy los productos libres de gluten están en todos lados y encontramos historias de gente que ha mejorado X síntoma eliminando los alimentos que contienen gluten de su dieta.

Se estima que el 95% de los pacientes celíacos nunca se diagnostica y los síntomas son súper variados.

El gluten es el enemigo silencioso de millones de personas y no solo de las diagnosticadas como celíacas. También existe otro cuadro, más leve pero mucho más frecuente, llamado sensibilidad al Gluten.

El libro "Toxic Staple", de Anne Sarkisian, es solo uno de los tantos al respecto, llenos de historias de personas que, eliminando el gluten y cambiando sus hábitos alimenticios, se curaron de afecciones como intestino irritable, reflujo y acidez, eczemas y alergias, y mejoraron condiciones como depresión, migrañas y ADHD, entre otros.

Para resumirlo en números, comparemos países con alto consumo en hidratos de carbono. Uno con menos del 50% de gluten en su dieta, y otro con un alto consumo de hidratos.

En Estados Unidos se consume el doble de trigo por persona que en Japón, sin embargo, en Japón se consume más del triple de arroz per capita que en Estados Unidos (siendo la cantidad consumida por habitante, de ambos granos, mayor en Japón que en EEUU). La consecuencia de esto es que en Japón el porcentaje de obesidad es del 3,5% y en Estados Unidos del 30%.

Inflamación intestinal y enfermedades crónicas

Okey, pero… ¿Qué pasa si no me diagnostican con celiaquía ni tengo sensibilidad al gluten? ¿Tiene sentido sacarlo de mi dieta?

Sí, y te explico porqué.

Los alimentos ricos en hidratos de carbono aumentan tu glucemia rápidamente, causando problemas de peso, porcentaje de grasa corporal, inflamación y resistencia a la insulina.

El problema del consumo de gluten no radica en la mera ganancia de peso (a pesar de que quizás para vos sea algo crucial), sino en el hecho de que ningún ser humano puede procesar por completo las dos proteínas del gluten: Gliadina y Glutenina.

En el intestino delgado, nuestro sistema inmune reconoce a estos "péptidos" como componentes de microorganismos, generando una respuesta inflamatoria. La respuesta inflamatoria es un proceso natural que sucede en cualquier infección o herida, pero se supone que es algo temporal. No debería suceder cada vez que comés.

La mucosa de tu intestino actúa como barrera para que sustancias dañinas no entren a tu organismo. La gliadina distiende esa barrera (afectando a una proteína que se llama Zonulina, pero quizás te resulta irrelevante y solo querés saber la consecuencia) permitiendo que moléculas que normalmente son demasiado grandes para atravesar esa barrera entren a tu organismo.

Hay un número masivo de estudios clínicos que muestran la relación entre la inflamación intestinal y patologías crónicas como Alzheimer, Intestino irritable, Cáncer, Diabetes, Artritis Reumatoidea, y otras más. (Si querés leer más al respecto, en un artículo del Dr. James Oschman del 2011 se exploran la mayoría de ellas).

Esta inflamación en el intestino pasa en todos los organismos de TODAS las personas y es la explicación de por qué hay tantas historias de mejoría de problemas crónicos con una dieta libre de gluten.

Ninguna parte del cuerpo está excluida del daño potencial de consumir gluten ya que ninguna parte del cuerpo está excluida de mecanismos inflamatorios, tal y como explica con evidencia el libro "Cerebro de Pan" de David Perlmutter.

Resumiendo, tu cuerpo no está equipado para lidiar con las cantidades de gluten que consumimos y parece que cada vez más gente esta pagando el precio: la cantidad de personas con celiaquía se cuatriplicó en los últimos 50 años.

¿Tenés que creerme o seguir mis recomendaciones? Por supuesto que no, podés hacer lo que vos prefieras, pero dado que todos nos beneficiamos de la reducción de inflamación, probá una o dos semanas con una dieta libre de gluten.

En el peor de los casos bajarás un par de kilos. Si te sentís mejor, elegir no comer trigo, avena, cebada o centeno, los cereales que contienen gluten (sí, ya sé, pensabas que tu granola o pan de centeno eran saludables, lo siento) va a ser algo natural para vos como lo fue durante millones de años de evolución.

Una última cosa a tener en cuenta para no tirar por la borda todo lo aprendido, es que si un producto industrializado dice en su envase que es libre de gluten, no significa que sea sano, dado que frecuentemente tienen más azúcar agregada o grasas refinadas para compensar el sabor.

Si querés aprender más sobre el gluten y su impacto en nuestro organismo, te invito a mirar estos videos en mi canal de YouTube: