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Si año a año ves que la “población" de tu cuero cabelludo disminuye, no te preocupes. En este artículo vamos al grano con consejos efectivos para que puedas ocuparte de frenar la caída del pelo de forma natural.
La pérdida de cabello es uno de los temas más difíciles en medicina y no por su gravedad, sino porque sus mecanismos no nos quedan del todo claros y porque aún no hay una solución que sirva para afrontar la caída de cabello al largo plazo.
Sin embargo, si entendemos cuáles son las causas podemos formular una estrategia mucho más efectiva para tratarla.
Existen varias causas que afectan tanto a hombres como mujeres, pero vamos a quedarnos con las 3 principales: causas hormonales, nutricionales e inflamatorias.
La dihidrotestosterona (DHT) es una hormona derivada de la testosterona que juega un papel esencial en el desarrollo de características sexuales secundarias en los hombres, como el vello corporal y la profundización de la voz.
Sin embargo, en algunas personas, especialmente aquellas con predisposición genética, la DHT puede tener efectos negativos en los folículos capilares. La miniaturización de los folículos es un proceso gradual que ocurre cuando la DHT se une a los receptores en los folículos pilosos en áreas específicas del cuero cabelludo.
Esta unión lleva a que los folículos se vuelvan más pequeños con el tiempo, lo que a su vez reduce la producción de cabello y causa la pérdida característica del patrón de alopecia masculino.
En las mujeres, los desequilibrios hormonales también pueden desencadenar la pérdida de cabello, como el síndrome de ovario poliquístico o desbalances de hormonas sexuales y tiroides. La caída de cabello relacionada con hormonas suele comenzar alrededor de los 33-35 años. En estos casos, es importante abordar el desequilibrio hormonal subyacente para resolver la pérdida de cabello.
La vitamina C es un antioxidante crucial que ayuda en la producción de colágeno, una proteína esencial para la estructura del cabello. Las vitaminas del complejo B, en especial la biotina, son importantes para el crecimiento celular y la salud del cuero cabelludo.
Minerales como el zinc, el manganeso y el cobre están involucrados en la producción de queratina, el componente principal del cabello.
Junto al Sílice y el Colágeno (los tipo I y III), la carencia de todos estos nutrientes puede debilitar los folículos capilares, afectar la calidad y el crecimiento del cabello, y claro, fomentar la caída.
Disminuyen la vascularización de los tejidos y dañan el folículo piloso. El estrés prolongado puede desencadenar la liberación de hormonas que afectan la circulación sanguínea y la entrega de oxígeno y nutrientes a los folículos capilares, que van a resultar debilitados.
Además, la inflamación crónica puede dañar los folículos y alterar el ciclo de crecimiento normal del cabello, causando adelgazamiento y pérdida.
Estas tres causas pueden actuar de manera individual o interrelacionada para contribuir a la pérdida de cabello. Abordarlas de manera personalizada a través de tratamientos y un estilo de vida saludable puede ayudar a mantener la salud capilar.
En mis videos al respecto abordo cada causa en mayor profundidad:
A continuación vamos directo a remedios caseros, suplementos y alimentos específicos que pueden ayudarte:
Si considerás que necesitás un impulso adicional, seguí las instrucciones para hacer una limpieza de intestino delgado y hepática, que te ayudará a disminuir drásticamente el DHT.
Recordá que el crecimiento del pelo ocurre en varias fases, y al corregir las causas nutricionales vas a ver la mejora en la fase anágena (de crecimiento, es decir, en la que se construye el pelo nuevo y sano). Si en cambio corregís el problema hormonal, vas a notar cambios en el resto de las fases.
Con estos consejos vas a estar un paso más cerca de mantener un pelo radiante y sobre todo saludable.
La alopecia androgénica es mucho más compleja de lo que parece y hay mucho que podemos hacer para prevenirla. No necesitas perder todo tu pelo ni la calidad de vida que conlleva mantener buenos valores hormonales.
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