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[ACTUALIZACIÓN, MARZO 2024] – Dejé de recomendar este tipo de limpiezas porque ya no representan nuestra visión. En cambio, te aconsejo aprender a mantener tu hígado sano con suplementos específicos y otros consejos que vas a encontrar en este video.
Cuando pensamos en longevidad, surge la premisa obvia de tener que eliminar toxinas de nuestro organismo para que nuestros órganos funcionen correctamente y vos, viviendo los años que vivas, estés sano y tengas órganos que cumplen la función que tienen que cumplir.
Existen muchos métodos para depurar el hígado, que es sin dudas el órgano más bastardeado y el que más sufre las consecuencias del estilo de vida que llevamos en la sociedad moderna.
¿Por qué es recomendable depurarlo en primer lugar? El hígado se encarga de:
La vida que llevamos en la actualidad impone sobre el hígado un nivel de estrés muy alto, ya que la persona promedio consume una dieta alta en hidratos, baja en oligoelementos y vitaminas, a la que se le agrega el consumo de alcohol y fármacos. Todo esto genera lentamente obstrucciones en los canalículos biliares, obstaculizando aún más la función hepática normal.
Mientras es cierto que tu hígado, como muchos otros órganos de nuestro cuerpo, tiene métodos propios de eliminación de toxinas, también es cierto que no puede con tanto. Acá es donde entra la depuración, que ayuda al hígado a volver a su funcionamiento ideal y deshacerse de las obstrucciones.
En este artículo vas a aprender cuándo podés usar este recurso, lo que necesitás y los pasos a seguir para realizar la limpieza hepática.
Por el riesgo de reabsorción del material expulsado, se debe realizar una limpieza colónica previo a la limpieza hepática, y posterior a la limpieza finalizar con una limpieza colónica o de intestino delgado. En caso de no ser posible, se puede usar un purgante (comúnmente conocido como laxante).
¿Quiénes NO deben hacer una depuración hepática?
🟡 No se recomienda realizar la limpieza hepática en pacientes embarazadas, lactantes o personas que estén cursando enfermedades agudas: Fiebre, Diarrea, Hepatitis aguda, Cuadros agudos de la vía biliar o del páncreas. 🟡
Se necesita:
🍎 1 Kilo y medio de manzana o 2 gramos de ácido málico (diarios x 6 días)
🍊 2 Pomelos
🫒 Aceite de oliva extra virgen
🥄 4 cucharadas soperas de sulfato de magnesio (que equivale aproximadamente a 10 gramos de sulfato de magnesio)
¿En qué consiste el proceso y cuál es la función de estos ingredientes?
Se inicia con 6 días de preparación en el cuál se ingiere al menos un kilo y medio de manzanas por día. Su color es indistinto, podemos utilizar rojas o verdes. La idea es consumirlas lejos de las comidas para favorecer la absorción del ácido málico que las manzanas aportan.
Las manzanas pueden licuarse, pero no podemos utilizar una juguera, ya que perdemos la gran mayoría de la fibra, produciendo picos de hiperglucemia y disminuyendo la cantidad de ácido málico, que es lo que estamos buscando.
Aquellas personas que por múltiples razones no pueden consumir un kilo y medio de manzanas por día pueden reemplazarlo por ácido málico directamente. Deberán diluir 2 gramos en 500ml de agua mineral tibia y tomarlos a lo largo del día (NO de una sentada) lejos de las comidas.
Es posible consumir las manzanas y el ácido málico como complemento a la vez.
Durante este período la dieta debe ser lo más depurativa y fisiológica posible. La premisa es simple: durante el tiempo en que estés haciendo un proceso depurativo, ¡no agregues más toxinas a tu organismo!
Recomendaciones para la dieta durante la primera fase:
En muchos casos, se da la eliminación de cálculos durante estos 6 días de preparación, por lo que es importante la regularidad en el vaciamiento intestinal para evitar reabsorber en el intestino parte del cálculo eliminado. En pocas palabras, tratá de ir de cuerpo todos los días durante este proceso.
Es posible visualizar los cálculos eliminados si se coloca un colador plástico en el inodoro y luego de evacuar se enjuaga la materia fecal con agua caliente hasta que solo queden en el colador los cálculos expulsados.
Es recomendable practicar la limpieza hepática mensualmente hasta que la expulsión de cálculos haya finalizado. En nuestra experiencia con pacientes, la cantidad promedio de limpiezas requeridas para esto suele ser de 5 o 6, pero por supuesto varía para cada persona.
Es importante tener en cuenta que el proceso depurativo en sí es estresante para el órgano, por lo cual la dieta y el reposo son cruciales inmediatamente luego de terminar con la depuración. Como primer paso, reducí o evita las sustancias que ya sabés que le causan daños a tu hígado, como el alcohol, los alimentos fritos y azucares refinados.
Recordá que atravesaste esta limpieza para que tu hígado funcione mejor eliminando toxinas, y de nada sirve si volvés a cargarlo a los dos días de las mismas sustancias tóxicas para el órgano. Ayudá a tu hígado a ayudarte, con más frecuencia.
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